viernes, 1 de mayo de 2009

MÁS SOBRE EL COLEGIO DE ARQUITECTOS Y LA REDACCION DE ESTA GUÍA




Volviendo a los orígenes de este trabajo en el seno del Colegio de Arquitectos, me gustaría contar también que en la propuesta de aceptación del encargo le propuse a la Junta de Gobierno sustituir el papel que ella se otorgaba como tutora del mismo, por el de un reducido equipo de arquitectos de reconocido prestigio y honestidad. Así las cosas, en los primeros meses de mi investigación conté con el concurso y asesoramiento de los arquitectos José Miguel León y Jesús Ramos, y del arquitecto municipal Jesús López-Araquistain. Cuando en febrero del 2005, la Junta de Gobierno del COAR que presidía Domingo García Pozuelo aprobó un deplorable acuerdo recriminatorio hacia mi persona por las críticas y opiniones que venía redactando en ElhAll, y entendí que mis relaciones con el Colegio se habían suspendido hasta que otra Junta no revocase dicho acuerdo, cancelé las reuniones con dicho equipo o comisión. Durante algún tiempo tuve aún el aliento de José Miguel León y el apoyo documental en materia de planeamiento de Jesús López Araquistain. Pero en el último tramo del trabajo, sin embargo, he sentido con cierta amargura que, voluntaria o involuntariamente, José Miguel León no sólo ya no alentaba sino que, tras haberme pedido y consultado durante más de una semana el material que ya tenía elaborado, se había puesto a hacer en paralelo la guía deseada por el Colegio (v LHDn99). Y aunque bien sé que son cosas distintas, el roce ha sido inevitable.
Item más. Cuando la Junta de Gobierno del COAR llevó a la Comisión de Cultura, a la que yo solía asistir, la propuesta de hacer una nueva guía de arquitectura, el arquitecto Miguel Angel Prieto Echegaray dijo que un encargo así no lo debería hacer un arquitecto recién graduado, como suele ser costumbre, sino alguien con consolidada experiencia en Logroño y en publicaciones, y acto seguido pidió más presupuesto y quiso implicarme a mí. No consiguió lo primero, pero sí lo segundo, y esa inicial confianza en mi persona fue para mí importante en los comienzos de este trabajo.
Tras el acuerdo de enero del 2005 sobre la línea editorial Elhall (v Elhall 89) que me apeó de la dirección del mismo, el COAR llegó a proponerme al mes siguiente que renunciara al trabajo que me habían encargado. Semejante "apoyo" tengo que consignarlo también entre los agradecimientos, porque el despecho que se siente trabajando a la contra de quien te ha hecho un encargo y luego pretende quitártelo, ha sido también un importante acicate para esta empresa.
Finalmente, con el apoyo explícito de Miguel Angel Prieto a la reelección a la Junta de Domingo García Pozuelo en las elecciones de verano del 2005, he de decir que su aliento inicial se convirtió en viento en contra.

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