domingo, 29 de marzo de 2009

4.2 El Espolón







Poco vamos a descubrir sobre el gran espacio central de la ciudad pues no falta documentación fotográfica sobre todas sus secuencias y vicisitudes, y narraciones más o menos bien contadas (CL p114) (FCC p 55). Pensado como paseo extramuros en la fachada a mediodía de lo que fuera la huerta del Seminario, y convertido luego en parque mediante un frondoso arbolado; cruzado por un lado por el eje Norte Sur de la carretera a Madrid y por el otro por la salida de la ciudad a la estación del ferrocarril, nació ya como el espacio más representativo de una ciudad que, en el corto plazo de cincuenta años, cambió de burguesa a desarrollista, acogiendo en sus cuatro frentes tan poco homogéneos, edificios de lo más variopinto.
Además de la heterogeneidad de sus cuatro frentes, el principal problema arquitectónico de este este gran espacio es que su extraña dimensión, a mitad de camino entre la plaza y el parque, no le ha permitido ser ni plaza ni parque, y dada la marcha hacia delante de los tiempos, tampoco salón.
Los dos tramos más representativos tienen un origen completamente distinto, y la competencia entre ambos sigue siendo aún la tensión más singular de este lugar.
Viniendo de la carretera de Soria/Madrid, los palacetes del diecinueve se colaron hasta el mismo borde de la ciudad antigua, y mientras todos los demás han ido desapareciendo, víctimas de la transformación de la ciudad en un campo de juego económico, los tres chalets del Espolón han llegado más o menos hasta nosotros gracias a los nuevos usos que se les fueron dando: clínica, banco / Diputación, Presidencia de la Autonomía / y Hotel. Por otro lado, en el lado del Muro al mediodía, la gran pieza del Seminario va a dar lugar, justo en torno a las fechas de la Guerra (1936-39) a la construcción del nuevo Gobierno Civil y las nuevas sedes de los poderes económicos emergentes (Seguros y Caja de Ahorros) (v LHD6: JDCorral, Nuestros Modernos).
Los otros dos frentes de la plaza se configuran inicialmente mediante casas burguesas con miradores, cafés en sus plantas bajas, amplios comercios, y hasta un casino. Pero este juego entre las dos piezas más representativas y el resto del caserío burgués se va a ir alterando mediante un proceso de sustitución de piezas y usos aleatorio y hasta podría decirse que anárquico. El espléndido frente del Muro de la Mata da paso a edificios del desarrollismo montados sobre una arquería proyectada desde mucho antes por L Barrón en 1893, y Q Bello en 1911 (FCC p 43 y 51). Las sustituciones en los otros dos lados llegan hasta los tiempos más torpes de la postmodernidad; y el cambio de usos y formas en el lado de los chalets ha acabado en la actualidad por ofrecer un aspecto bastante confuso.
El estudio detenido y la datación de cada una de las piezas, así como de la propia urbanización de la plaza nos hará pensar mejor este espacio, disfrutarlo como centro de la ciudad, y entender sus futuras transformaciones.


No hay comentarios:

Publicar un comentario