miércoles, 4 de marzo de 2009

8.2 El Plan Chile










Si la ciudad de calles corredor se había descompuesto definitivamente por el Sureste merced al urbanismo de Fernando de Terán en Lobete, por el Suroeste se preveía otro tanto. En 1970 RSPedro redacta un plan parcial que ya en su plano de situación imagina un contexto de edificación en bloques abiertos hacia el sur. La propuesta inicial del plan no era otra cosa que un duro peine de nada menos que diez pastillas de 6 plantas y 8,50 metros de fondo con calles intermedias de 18,00 metros. Las escasas preexistencias se respetaban, y se creaban unas pocas anomalías geométricas, entre ellas, la de un espacio libre central de forma cuadrada.
Un estudio pormenorizado del plan Chile de 1970 da a entender que la ciudad se empezaba a pensar ya a la medida de los aprovechamientos de los propietarios de suelo, pues la minuciosidad en el estudio del reparto del pastel inmobiliario contrasta con la dureza del diseño urbano.
Por causas legales y de gestión, la tramitación del plan se fue complicando, lo que dio pie a una modificación sustancial del diseño por parte de los arquitectos municipales JMLaorden y JLAraquistain en 1977. En el comienzo de la memoria de dicha reforma, firmada únicamente por JMLaorden, se alude a la larga y penosa tramitación del plan pero no se hacen explícitos los argumentos urbanísticos que acaban definitivamente con el urbanismo de pastillas, a saber, el de una vuelta al respeto hacia las calles corredor.
La modificación municipal pretendió obtener como espacio libre una plaza del tamaño del Espolón, proponiendo también unas plantas bajas en soportales.
Sin embargo, tal y como puede verse en los planos de detalle, el nuevo plan arrastraba del anterior un gran respeto por las cuatro casas existentes, y sobre todo, una atención prioritaria al reparto del pastel, por lo que en el resultado final, además de diferencias notables de escala, parcela y tamaño de las promociones respecto del modelo señalado, se aprecian unas extrañas variaciones de alturas en torno a la calle central peatonal y a unas plazas/patios de manzana que poéticamente se denominaron como las cuatro estaciones del año, pero que en realidad no fueron otra cosa que unos pequeños y lúgubres aparcamientos en superficie.
La ordenanza y diseño de los pórticos no consiguió ni de lejos acercarse a los modelos previos de Portales, El Espolón o la Gran Vía. Han ganado vida gracias a la proliferación arbórea de la plaza, pero ofrecen perspectivas, espacios y rincones muy poco felices, como cuando se abren túneles de paso a las plazas parkings.
A pesar de los desajustes del diseño municipal, la mayor importancia de este plan estriba en el cambio de rumbo del planeamiento de la nueva ciudad en paquetes, que a partir de ese momento se hará con un mayor respeto por el carácter en corredor de las calles. Y el problema que a fecha de hoy sigue sin resolverse será que, mientras la calle corredor tenía sentido como espacio de representación burguesa, la arquitectura de promoción inmobiliaria, sin embargo, es ajena a esa vocación expresiva. El extraño híbrido urbanístico de edificación comercial sobre espacios urbanos de representación aparece con claridad en la arquitectura de este plan, y se extenderá como un problema sin solución por todos los planes parciales del suroeste, más al extrarradio de lo que en el capítulo siguiente denominaremos como zona de compleción.
La urbanización de la plaza fue realizada en 1985 por AMillanes en el mismo paquete de plazas duras que se ha comentado para las Chiribitas y Albia de Castro. Sorprende bastante la linealidad de los alcorques que obliga a saltarlos constantemente para moverse en diagonal por la plaza. También es una aportación novedosa la ocupación central de la plaza por un conjunto de pino carrasco que crea extrañas sensaciones espaciales de fragmentación espacial y pérdida de unidad.
En torno al 2000, la plaza Primavera se ha convertido en un parking subterráneo, con una plaza peatonal en superficie que tiene como fachadas las traseras de las casas existentes en la calle Pérez Galdós.
Vamos a recorrer los datos de la construcción de este lugar siguiendo el habitual sentido de las agujas del reloj que venimos empleando en esta guía








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