lunes, 9 de marzo de 2009

7.3 Jorge Vigón






Al cortarse en diagonal la vía del ferrocarril y el camino de Villamediana, se creó un amplio espacio que probablemente sea el germen de la anchura de toda la Gran Vía, y además una horquilla en Y muy marcada que puede apreciarse en la fotografía aéra de 1917.
El primer tramo de Jorge Vigón (números 1 y 2) conforma un estupendo salón urbano al que la urbanización ha maltratado en dos fases sucesivas: primero como aparcamiento en superficie y luego en subterráneo. Entre ambas fases, la instalación de un monumento al labrador y unos jardincillos se completó con la erección del edificio “Capitol” que elevó a la escala de la arquitectura el adorno vertical del monumento.
A partir de ese espacio inicial, las dos calles de la horquilla han tenido distinta suerte pero un mismo y triste final.
Jorge Vigón deja de tener la anchura de la Gran Vía a partir de la torre Capitol y se convierte en una calle más del Ensanche Manzana, condenada por las peatonalizaciones, como Duquesa de la Victoria, a soportar todo el tráfico de la zona.
El cruce con Avda de Colón lo echó a perder el edificio de Sanidad, pero a pesar de él aún dura un tramo más como calle de casas. A partir de ahí sirve para entroncar el polígono de Lobete que veremos en el capítulo siguiente. Y de Lobete llega a las casas Baratas para morir tristemente como un callejón sin salida.
La carretera a Villamediana, por su parte, no se llegó a colmatar como calle de Ensanche (se verá en el cap 9) y fue obturada por una desafortunada guardería del plan Lobete. Dos de la propuestas del plan de la estación de 2005 (MVRD y Koolhaas) trataron de recuperar la continuidad de esta calle pero el jurado optó por otra solución.

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